Uno de los objetivos de la carrera de Ingeniería Civil Industrial, y que se refleja en el Plan de Estudios, es el acercamiento temprano al campo laboral mediante prácticas o proyectos estudiantiles aplicados.
A través de estas actividades, que forman parte de los requerimientos académicos para la titulación, los y las estudiantes ponen en práctica sus conocimientos de manera gradual al interior de organizaciones empresariales.
En el caso de los proyectos aplicados, cada estudiante deberá trabajar en equipo con otros/as compañeros/as para abordar un problema de una organización y diseñar una solución factible que podrá ser aplicada total o parcialmente por la institución para la cual trabajen.
Docentes de la Escuela de Ingeniería Industrial PUCV supervisarán el curso del proyecto para evaluar los procesos y guiar a los/as estudiantes. De esta forma se conduce el aprendizaje y, al mismo tiempo, se refina la solución en cuestión.
Puesta en marcha
Es así que durante el segundo semestre de 2021, Francisca Riquelme, Constanza Oviedo e Isidora Bustamante trabajaron en el rediseño del modelo de negocio de la empresa Analitics, una organización dedicada al Social Listening.
“Es decir, Analitics hace análisis de escucha social. Evalúan las tendencias y mandan alertas a sus clientes. Informan en tiempo real lo que está sucediendo en el mercado dentro del cual se desenvuelven sus clientes y para eso se basan mayormente en la investigación en redes sociales”, explica Francisca.
El trabajo de estas profesionales consistió, como ya mencionaban, en un rediseño motivado por un cambio en el enfoque de servicios de Analitics. Buscaron actualizar los procesos, de manera que la empresa privilegiara la personalización.
“También era importante ordenar todo de manera más formal en términos del modelo de negocio. Con eso en mente, el proyecto se denominó ‘Rediseño del modelo de negocio para una empresa tecnológica’ y contempló el análisis de 9 aspectos que incluyen la propuesta de valor, relación con clientes y segmentación, entre otros”, detalló Francisca.
Selección y experiencia
Constanza cuenta que la elección de Analitics es el resultado de una búsqueda al interior de la Universidad. Usualmente las empresas se contactan con la institución para solicitar la ayuda de estudiantes cercanos a su titulación.
Sin embargo, las secuelas de la pandemia redujeron esa oferta e hicieron que muchos equipos miraran puertas adentro de la PUCV para hallar la organización ideal en donde ejecutar sus proyectos.
“Nosotras agendamos reuniones con diferentes profesores para que nos guiaran. Y fue así que Rodrigo Alfaro, el gerente general de Analitics, nos presentó su propuesta. Él es profesor de una asignatura de 4to año”.
Pero, si bien la selección fue atípica, aunque exitosa, el proceso de realización conllevó los retos y gratificaciones tradicionales. Isidora recuerda que fue la primera vez que las tres enfrentaban un proyecto de esas características.
“Esto se asemeja mucho a una consultoría. Porque en las prácticas (que son 3 a lo largo de la carrera) se trata un poco de hacer lo que te dicen, pero con el proyecto de ingeniería el aprendizaje es otro”, agrega Isidora aludiendo a la independencia y autogestión que una tarea de este tipo requiere.
Aprendizaje
Isidora continúa y explica cuál fue uno de sus mayores descubrimientos. “Creo que otra de las cosas que se hizo evidente a lo largo del proyecto, que también lo vemos en la carrera pero era primera vez que lo aplicábamos, fue esta visión sistémica que siempre dicen que tenemos los ingenieros industriales de la PUCV. Al principio nos costó un poco ir teniendo la visión de todo. De pronto no sabíamos bien por qué estábamos haciendo algo en específico y luego sucedía algo que hacía calzar todo perfecto”.
Francisca coincide y agrega que poner en práctica los conocimientos adquiridos les permitió partir con la claridad de tomar determinada acción confiando en un desenlace. “Fuimos entendiendo y aprendiendo en cada fase”.
Además, el acompañamiento de los docentes fue constante. “Las profes estaban muy comprometidas con el acompañamiento que nos dieron. En cada reunión que íbamos con un problema, era como que nos iluminaban de repente”, recuerda Constanza.
Apelar a la confianza
Para Francisca, más allá de los retos propios del proyecto y sus enseñanzas, una de las mayores reflexiones que le deja esta experiencia es la puesta en práctica de la seguridad en la propia capacidad para llevar adelante el trabajo.
“Hay que entender que los que más vamos a saber del proyecto somos nosotros mismos, porque lo estamos construyendo desde la base. Nosotras teníamos miedo hasta de presentarlo… pero procuramos convencernos y entender que del proyecto nadie sabe más que uno. Luego está, evidentemente, la guía de los profesores, que ofrecen ayuda en todo lo necesario gracias a su experiencia, pero el que estudia e investiga y aplica todos los conocimientos es el estudiante”.